TINTO Y BLANCO, ARTE Y GASTRONOMÍA EN UN SOLO LUGAR
Tinto y Blanco Bar de Vinos y Tapas inauguró un segundo espacio en la avenida Muñoz Rivera, en Hato Rey.
Detalles de la obra de Antonio Martorell.
Rodeado de arte y más de 200 etiquetas de vino, ocupa un espacio de dos niveles con áreas interiores y terrazas al aire libre de más de ocho mil pies cuadrados, con capacidad para hasta 225 personas.
El diseño, a cargo del arquitecto Segundo Cardona, hilvana una ambientación acogedora con un toque cosmopolita, acentuada con obras de los artistas puertorriqueños Antonio Martorell y Luis Torruella, y el gallego Ángel Botello, quien llamó a Puerto Rico su hogar por casi cuatro décadas.
“Tinto y Blanco replica en el corazón de Hato Rey el concepto informal de tapeo auténtico y buenos vinos, a precios accesibles, que ha gozado del apoyo de los puertorriqueños desde su inauguración en Guaynabo”, dijo Rafael Gavilanes, propietario y sumiller.
En su mayoría, los vinos se venden entre $24.00 y $29.00, y hay otra variedad de vinos exclusivos de bodegas boutique. También, ofrecen una extensa variedad de cervezas artesanales locales e importadas y dos barras con licores.
El nuevo establecimiento tiene un menú especial de almuerzo que varía diariamente de la mano del chef Johan Morales, y tanto este como el tradicional de tapas se distinguen por su calidad gastronómica. Los precios del menú de tapas, entre las que destacan hojaldre relleno de chorizo, montaditos, papas bravas, bruschettas, boquerones, ceviche, churrasco y setas rellenas, fluctúan mayormente entre $5.00 y $29.00.
Graduado de ingeniería industrial, Gavilanes creció en el mundo de los vinos de la mano de su padre, distribuidor de esta bebida en Brasil. “Aprendí sobre el buen vino en Santos, donde vivimos hasta mi adolescencia. El vino se convirtió en una auténtica vocación”, manifiesta quien se certificó como sumiller en la Escuela Internacional de Vino CAFA.