SE RENUEVA MISS DIOR
Por Paula Andrea Alvarez · Fotos suministradas
La nueva fragancia celebra la extraordinaria rosa de Grasse y te invita a descubrir la belleza de la naturaleza.
La fragancia Miss Dior nació del impulso irracional, del deseo de reencontrar las vidas de las mujeres, de hacerles redescubrir los colores del amor durante la postguerra, en 1947. Después del tiempo sombrío de la Segunda Guerra Mundial, esta estela fue para Christian Dior sinónimo de felicidad, poesía y armonía reencontradas.
Nuevamente, en 2021, la casa francesa llama la atención e invita a descubrir las bellezas del mundo y el amor a través de pétalos multicolores con Miss Dior Eau de Parfum.
Pensada por François Demachy, sigue apostando a las rosas, pero esta vez se empolva con un iris noble y se adereza con un toque sexy de peonía. Aterciopelada como un pétalo, fresca, sensual y envolvente, surge una nueva Miss Dior.
Viraje sensual, vértigo floral
Flores que seducen y despiertan, envuelven y estimulan, hacen surgir una luz envolvente y refrescante. Miss Dior se reinventa, explosiva y afrutada; una fragancia sensual que despliega una profusión floral arropada por la elegancia de las maderas.
La rosa centifolia aporta la fuerza carnal de sus notas de miel y pimienta. Proveniente de las cosechas de las propiedades en Grasse que colaboran con la maison, y cuyas cosechas están exclusivamente dedicadas a los perfumes Dior, es una oda a un territorio único.
Para terminar a modo de caricia, una selección de almizcles algodonosos se va desvelando, ofreciendo una huella duradera; con ellos, un toque de vainilla de Papúa se mezcla con una pizca de benjuí y un suspiro de haba tonka. Esta dulce combinación va por fin al encuentro de un sándalo cremoso que envuelve el fondo, sacando a la luz las otras notas sin enfrentarlas.
El nudo de Miss Dior tiene 396 hilos
Aún más sofisticada, se adorna con un nuevo nudo costura, miniatura sembrada de flores tejidas. Unos centímetros de lujo absoluto anudados al cuello de un legendario frasco.
Elegante y un tanto insolente, llamado poignard o “cola de golondrina”, el nudo de Miss Dior es una firma universal, un símbolo de costura inconfundible. Se reinventa hoy con un lujo y un saber hacer excepcional. Para enlazar el cuello de su frasco, un lazo de excepción fue creado en los talleres de artesanos franceses dedicados desde hace décadas a las creaciones para los desfiles de alta costura.
“La creación siempre se desarrolla sobre antiguos telares de madera del siglo XIX; son los únicos que permiten la técnica de tejer con lanzadera. Las pruebas para los lazos de excepción siempre se hacen sobre estas máquinas, que hemos conservado y restaurado para este cometido”, explica Julien Faure, creadora de lazos de excepción.
Desde 1864, los Faure crean y fabrican lazos de excepción en Saint-Just-Saint-Rambert, en la región de Saint Etienne, tradicionalmente dedicada a esta artesanía.
Elaborado durante tres meses en telares de madera tradicionales, un lazo jacquard ha nacido, formado por 396 hilos que concentran unos 12 mil cruces por cada centímetro de cinta. Una creación que vuelca sobre cada nudo de cinta jacquard una miríada de flores pastel. Esos centímetros de lazo han requerido tanta creatividad, tiempo y atención como los que marcan los más bellos vestidos de los desfiles.
Las flores están bordadas de manera aleatoria, por lo que cada nudo Miss Dior es único.
El vestido
Cada nota olfativa se traduce en una puntada sobre los bordados que dan forma al vestido, de 500 horas de elaboración, que Maria Grazia Chiuri diseñó para el lanzamiento de la fragancia de la maison francesa.
Inspirada por la vitalidad del primer perfume Dior, Chiuri imaginó un vestido femenino y moderno. Bordado con flores millefiori, parece invadido por un jardín maravilloso animado por flores salvajes que se abren sobre una seda plisada.
Cada flor es pintada a mano y luego impresa para ser bordada una a una, artesanalmente, con una mezcla de hilos de algodón y de seda multicolores.
Cuando aquella exquisitez olfativa tuvo que convertirse en vestido, el que llevaría Natalie Portman en la campaña, Chiuri recogió esos matices para bordar una miríada de flores millefiori de forma que un jardín envolviera a la actriz.
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