ANJELICA HUSTON EXQUISITA EN SUS 50 AÑOS COMO ACTRIZ

Por Fabián W. Waintal.

“Mi trabajo es como una máquina que se oxida si dejas de usarla. Es algo que hay que mantener sin pensar demasiado, porque el miedo puede arruinarlo todo”.

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Angelica Huston

Las matemáticas y el cine no siempre se relacionan, pero es imposible evitar hacerlo cuando llega la hora de reconocer medio siglo del trabajo de una actriz que lleva a Hollywood en la sangre.

Hija de John Huston, director de clásicos como Moby Dick y Casino Royale, quien fue nominado 15 veces al Oscar y que ganó la estatuilla en dos ocasiones, y nieta del actor Walter Huston –que ganó el Óscar como Mejor Actor de Reparto por The Treasure of the Sierra Madre–, siempre es bueno celebrar la carrera de alguien como Anjelica Huston.

Desde su debut como actriz en 1969, bajo la dirección de su padre en A Walk with Love and Death, hasta las tres producciones en las que ha participado este año: John Wick 3, Waiting for Anya y el filme animado Arctic Dogs, en el que le da voz a “Magda”, Anjelica demuestra que el tiempo pasa, pero el brillo de una estrella es muy difícil de apagar.

Angelica Huston

Ha vivido la evolución del VHS, el DVD y la era digital. ¿Alguna vez pensó dejar el cine entre tantos cambios?

No, al contrario. Pienso que mi trabajo es como una máquina que se oxida si dejas de usarla. Es algo que hay que mantener sin pensar demasiado, porque el miedo puede arruinarlo todo.

Anjelica nació el 8 de julio de 1951, y su padre no pudo presenciar su llegada al mundo porque estaba en el Congo filmando The African Queen, protagonizada por Katharine Hepburn y Humphrey Bogart.

Sus padres estaban separados cuando, a los diez años, Anjelica se mudó con su madre, Enrica Soma, quien fue bailarina de ballet y apareció en la portada de la revista Life, a Inglaterra. Allí aprendió los buenos modales británicos al mismo tiempo que limpiaba establos y alimentaba caballos. Antes vivió gran parte de su niñez en Irlanda, con sus padres y hermano mayor.

Cuando Anjelica tenía 17 años, Enrica falleció en un accidente automovilístico y el destino de la joven cambió para siempre. Regresó a Estados Unidos, donde inicialmente se ganó la vida como modelo, pero, con semejante apellido, no tardó en entrar al universo del cine.

Ya convivía con Jack Nicholson cuando actuaron en Postman Always Rings Twice (1981). Volvieron a trabajar juntos, bajo la dirección de John, en Prizzi’s Honor (1985), por la que Anjelica ganó el Óscar como Mejor Actriz de Reparto, la tercera generación de su familia que lograba esta gesta.

En 1990, luego de 17 años de relación, Anjelica decidió separarse de Nicholson cuando este embarazó a una joven. Un año después vio la luz la primera película de la serie de The Addams Family, en la que la guapa actriz interpretó a “Morticia”, y en 1992 se casó con el escultor Robert Graham, con quien estuvo hasta su fallecimiento en 2008.

¿Es verdad que, cuando niña, soñaba con ser monja?

¡Sí!

¿Cómo fue eso?

Me gustaba cómo se veían. Me encantaba el uniforme, la idea de la amabilidad y la bondad. Para mí, las monjas simbolizaban eso. Las monjas que conocí en mi niñez fueron muy amables conmigo.

¿Recuerda su primer día como actriz, en 1969?

El trabajo como actriz no comenzó necesariamente el primer día que aparecí en una pantalla. Había comenzado con las pruebas de vestuario, la lectura de un libro y todas esas cosas. Supongo que es mejor que aparecer de golpe en pantalla, porque la experiencia me hubiese dado pánico. Por eso fue tan bueno vivirlo gradualmente. Creo que mi primera reacción hacia la actuación fue un poco negativa, porque mi padre era el director y yo no quería que me dijera lo que tenía que hacer. Me tomó bastante tiempo darme cuenta de que eso era bueno.

¿Su padre le ofreció trabajar en cine o usted se lo pidió?

Él sabía que quería ser actriz; se lo dije, pero la primera producción de cine en la que trabajamos juntos fue una que eligió para mí. Él tenía un contrato de tres películas con la 20th Century Fox y esa iba a ser la segunda de la trilogía, así que él decidió la primera película que yo tenía que hacer.

¿Se refiere al filme A Walk with Love and Death?

Sí. Tampoco respondí bien al material porque me parecía un poco cursi.

The Adams Family

¿Cómo fue crecer en Hollywood al lado de ganadores del Óscar como su padre, su abuelo y Nicholson?

No crecí en Hollywood y creo que esa fue una ventaja. Nunca me di cuenta de la competencia que había, pero mi padre y mi madre siempre trataron de inculcarme todo aquello que tuviera que ver con la creatividad. Y será por eso que, desde muy jovencita, sabía que no iba a ser matemática y muy probablemente sería artista.

¿Qué heredó de su padre?

La fuerza en las largas distancias, mi determinación a largo plazo y mi ambición obstinada.

Entre sus personajes, ¿a cuál recuerda con más cariño?

En mi corazón guardo un lugar por varios y “Maerose Prizzi” es uno, porque es directa y va siempre al punto. No tiene ambigüedad y es un personaje que siempre me apasionó.

¿Alguna vez sufrió discriminación por ser mujer?

Nunca me puse a pensarlo. No suelo pensar en ese tipo de diferencias porque crecí cerca de mujeres extremadamente poderosas. Me crié en Irlanda, y siempre estuve expuesta a toda clase de situaciones arriesgadas. Las irlandesas son tan bravas que siempre lo sentí como algo natural.

Si pudiera cambiar algo en Hollywood por el movimiento #MeToo, ¿qué cambiaría?

Me gustaría cambiar mucho más que Hollywood en ese sentido. Hay ciertas actitudes que me parecen bastante anticuadas y para nada apropiadas en estos días, pero creo que tenemos que ver la forma en que manejamos cuestiones como algunos temas morales, ya que pensamos que la gente debe ser juzgada antes de condenada… Hay quienes son acusados por el público antes de ser condenados. Necesitamos investigaciones serias. Muchas veces, aun después de haber sido declarados inocentes de algo incorrecto o algún crimen, no pueden quitarse el estigma de encima… Y eso es algo muy triste.