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PEDRO ALONSO MÁS ALLÁ DE “BERLÍN” EN LA CASA DE PAPEL


“Yo prefiero crecer en mi país y, si es con gente de otros países, mejor todavía”.


La casa de papel.

No es tan malo como parece. Más allá del su interpretación del villano “Berlín” en la serie La casa de papel (Netflix), en persona, Pedro Alonso es mucho más sonriente y, por lo visto, resulta difícil hacerlo enojar sin un guión que lo exija.

Pero, claro, ayuda estar frente al mar Mediterráneo, en Mónaco, donde Pedro cumple otro rol de villano, como parte del jurado del Festival de Televisión organizado por el Príncipe Alberto II.

Al leer el guión de La casa de papel, ¿imaginaste que iba a tener tanto éxito?

Hablar retroactivamente suena fácil. Si alguien supiese que esto iba a ser el éxito que está siendo hubiesen hecho cuatro series a la vez para romperla. Puedo decir que, en el estreno de la serie, cuando filmamos el primer capítulo, dije: "Creo que en España va a ir bien, pero tengo la sensación de que va a tener mucho vuelo en el extranjero. Le veo mucho potencial internacional". Pero ni se me ha pasado por la cabeza la dimensión de lo que está pasando, porque nos tiene a todos todavía perplejos.

¿Por qué crees que es tan exitosa?

Sé que hay quienes están estudiando y analizando la fórmula para encontrarle el formato y venderlo en el mercado (risas). Es un absoluto misterio; supongo que los planetas se alinearon para que sucediera. Por la lucha en contra del sistema, es una historia al estilo de Robin Hood, y tampoco es en inglés. Esa clase de simpatía crea algo que la gente jamás hubiese esperado.

Pedro nació en la ciudad gallega de Vigo el 21 de junio de 1971, y se destacó primero en la televisión de su ciudad con la serie Rías Baixas y luego en Padre Casares. Dejó aquel éxito para protagonizar un policial dramático de suspenso que terminó siendo las tres temporadas de Grand Hotel (sí, sí, las que están en Netflix), para volver después al gran final de Padre Casares.


Pedro Alonso 2019.

Por supuesto, nadie pudo imaginar que su personaje del malvado “Berlín” en La casa de papel iba a tener semejante popularidad internacional. Originalmente, la habían presentado como proyecto en el Festival de Televisión de Primavera, en Burgos, en marzo de 2017 y estrenó en la televisión española por Antena 3, en mayo de 2017, basados en la historia de ocho ladrones que, sin tener nada que perder, asaltaban la Casa de la Moneda para imprimir 2,400 millones de euros.

Lo curioso es que, después de haber vivido dos temporadas de un superéxito encerrados en esa casa de papel, en la tercera temporada se les terminan las vacaciones, después de que sus identidades son reveladas. Habiendo escapado de la casa de papel, la nueva misión es ver cómo gastan la fortuna que robaron.

¿En qué gastarías tu parte del botín robado?

Esta pregunta hace volar la imaginación de la gente, ¿no? Que te caiga una montaña de dinero... Uno puede decir generalidades, pero planteárselo seriamente es algo complicado. Yo diseñaría un programa para “resetear” el disco duro de todos los dirigentes del mundo, y ponerlos a cero. Y, luego, me haría una fiesta con todos nosotros, además de vivir peligrosamente.

¿Vivir peligrosamente al estilo de Berlín?

El sentido trágico del personaje de Berlín, esa sensación de que camina por un precipicio en el que todo puede colapsar y la muerte es inminente, le dio una dimensión especial. El aliento trágico, creo que es especialmente importante para darle la dimensión tan linda que tiene el personaje de Berlín, a pesar de ser alguien impresentable en muchos momentos.

¿Hay alguna historia detrás del nombre de los personajes?

Por lo que sé, los guionistas estaban discutiendo otros nombres cuando alguien entró con una camisa que llevaba impreso “Tokio”, y decidieron ponernos a todos nombres de ciudades.


La casa de papel.

¿Cómo te eligieron para el personaje?

Hice el casting solo para Berlín. Leí las dos secuencias estando en México, pero tuve un impulso muy directo, primario, nada racional, en el que conecté mucha parte de la energía que estaba viviendo en México, un lugar que me apasionó porque es un sitio con una energía muy alta, ardiente. Yo estaba en el Distrito Federal, donde hay una vida cultural increíble. Y era algo muy ecléctico, muy bizarro, muy polarizado, muy extremo, y la noche anterior de la prueba había estado en una casa con cierta gente, donde uno de los tipos era un personaje como mínimo sorprendente, muy ágil y peligroso. Y dije: "Él". De repente, sentí que había encontrado cierto alineamiento de la información. Hice el viaje a Madrid y el jet lag me lo comí preparando la prueba, pero tuve la sensación de que estaba todo a favor y dije: "Tírate y no lo proceses mucho intelectualmente". Para mi sorpresa ha sido un personaje muy particular. Tuve una conexión muy directa, luego hubo todo un proceso de trabajo, de ensayos, de ir recibiendo toda la información, de ir colocando todas las piezas, de ir echándole más y más ingredientes al plato, pero es de las dos o tres veces que más claramente he conectado con un personaje desde el primer momento que lo vi en su casa de papel: el guión.

¿Cómo definirías a Berlín?

Es una mezcla particular de adjetivos opuestos, porque puede ser lo peor y lo mejor en una misma escena... Y no tiene ningún tabú. Todos, en cierto momento de nuestras vidas, quebramos nuestros límites, y Berlín no tiene problema en usar todas las herramientas que le pongan sobre la mesa. Es un regalo, un personaje lleno de extremos, con un sentido muy contrastado. Cuando crees que va a ser lo peor, lo más agresivo, lo más duro, lo más violento, se convierte en el personaje más entrañable. Cuando se está poniendo sensible decide cargarse a alguien. Y tiene mucho humor, que es algo que cubre toda la serie. Tiene tantas variables que es un regalo extraordinario para cualquier actor. Estando en una serie en la que todo apunta a la urgencia, a la presión del tiempo, cuanto más arriba se está disparando la atención, él más disfruta parando el tiempo. Es muy anticlimático.

¿Hollywood es el siguiente sueño?

Siempre dicen que si uno es exitoso tiene que trabajar en Estados Unidos, pero hoy se puede esperar totalmente lo opuesto y, a lo mejor, los norteamericanos son los que pueden venir a trabajar con nosotros. Sería un momento maravilloso trabajar con gente talentosa. Creo en el talento. Yo prefiero crecer en mi país y, si es con gente de otros países, mejor todavía.


Con fans

¿Qué será de la vida de Pedro cuando llegue el final de La casa de papel?

En esta profesión nadie sabe lo que va a pasar. Que pase algo tan lindo como lo que está pasando con la serie es bueno, pero es mejor cuando el material merece la pena. El material es muy entretenido, es exuberante, chispeante, pero, además, a todos los actores nos ha puesto a prueba. Procuro no generarme expectativas. Tu vida profesional puede ir por aquí o por allá, pero luego la vida te sorprende. Estoy intentando vivir en el presente, nutrirme… Estoy muy agradecido de lo que ha pasado. Evolucionar hacia adelante, no solo dar por sentado algo e insistir en eso, sino renovarme para aprovechar en el mejor sentido posible lo que pasa. Entretanto, me dedico a escribir un rato con mi novia por tierras francesas. Es fantástico comprarse una baguette por la mañana en París para imaginarte que tu vida es una historia de película.

¿Habrá cuarta temporada?

Esta experiencia ha sido extraordinaria. Todavía la estoy digiriendo, me siento muy agradecido y no me da la cabeza de pensar en la cuarta. Hasta ahí puedo leer… mi papel.

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