SHAILENE WOODLEY DE COMIENZOS Y FINALES
Por Fabián W. Waintal.
”Todo en mi vida cambió a partir de esta película. Todo”.
Luego de lidiar con las comparaciones con Jennifer Lawrence por los paralelos entre The Hunger Games y Divergent, Shailene Woodley pareció elegir un camino menos comercial cuando aceptó formar parte de la serie de HBO Big Little Lies, muy bien acompañada por Reese Witherspoon, Nicole Kidman, Zoë Kravitz y hasta Meryl Streep.
La actriz recién estrenó el filme Endings Beginnings. Conversamos con la talentosa creativa, quien, en medio da la pandemia, ha brindado su apoyo económico a médicos y trabajadores esenciales, y cuya madre, a través de allitakes.org, ofrece clases y discusiones de cómo afrontar la ansiedad que muchos experimentan en esta época.
¿Qué tan diferente es actuar en una superproducción como Divergent y en una independiente, como The Descendants y Endings Beginnings?
Honestamente, creo que la actuación es simple. Hay que prestar atención... Si prestas atención a nivel profesional, te permites reaccionar a base de lo que escuchas. Si le presto atención a esta flor, la flor me va a hacer sentir algo… No importa si es un objeto que no se mueve, un dibujo animado o una criatura tridimensional. Todo te da algo, y tomar esa energía es la mejor forma de afrontar la actuación.
¿Qué tan fácil te resulta identificarte con un personaje al momento de darle vida?
Descubro quién es mi personaje probablemente después de haber filmado, por lo menos, una cuarta parte de un trabajo. Nunca he tenido entrenamiento profesional como actriz. Si hubiera tomado clases, probablemente tendría una narrativa diferente.
¿Qué te quedó de la personalidad de tu personaje “Tris” en Divergent?
Tris solía ver al miedo como una forma de afrontar los obstáculos. Ella decía: “Siempre vas a tener miedo, pero es posible elegir la fuerza en el primer momento que sientas ese miedo, para poder afrontarlo”. Eso me inspira.
Endings Beginnings es el trabajo reciente de Shailene, en el que comparte créditos con Jamie Dornan, de 50 Shades of Grey, y Sebastian Stan, el ”Winter Soldier” de Captain America.
La historia comienza con el personaje que interpreta Shailene sin un lugar para dormir, sin trabajo y sin pareja, en contraste con la vida perfecta de su hermana.
Mientras ella hace lo imposible por ordenar su vida, surge un problema al involucrarse en un triángulo amoroso que la lleva a la angustia de descubrir secretos que cambian su historia por completo.
¿Cómo fue el encuentro con Sebastian Stan y Jamie Dorman al comenzar a trabajar en Endings Beginnings?
Para la primera cena que hicimos al empezar a rodar en Los Ángeles, todavía no había conocido a Sebastian, así que sugerí que el director, él y yo fuéramos en el mismo carro a Big Sur, donde estaríamos filmando durante dos días. Al director le encantó la idea…, Sebastián también aceptó y lo hicimos.
¿El viaje ayudó a traducir en la pantalla la química entre ustedes?
Sí, terminamos viajando en el auto por cinco horas y media, y el buen humor y la vulnerabilidad de ese viaje se vieron después en nuestros personajes. En la primera escena que filmamos en el estudio necesitábamos ser muy íntimos, y al hacerlo sentí que estábamos en la misma frecuencia.
¿Cómo te llegó el ofrecimiento de Endings Beginnings?
Tuve suerte. Recibí una llamada del autor y director, Drake Doremus, en la que me dijo: “Estamos por empezar una filmación en dos semanas”. Apenas me dio ocho páginas del guión, sin los diálogos. Solo había algunas frases que sugerían lo que él quería hacer... o no (risas). Y cuando lo leí, me intimidó tanto que pensé: “¿Cómo se supone que me meta en algo sin saber hacia dónde va mi personaje, si voy a tener que improvisar todo el rodaje?“.
¿Ayudó que el director fuera también el autor de la historia?
Nunca voy a olvidar aquella llamada porque sentí que éramos parecidos. A los dos nos obsesiona el amor, y creo que nuestros puntos de vista más simples acerca de la humanidad nos llevaron a trabajar juntos. En el estudio, fue el mejor guía en este viaje que creó para nosotros. No vamos a repetir nunca esta experiencia, porque nadie hace cine como Drake. Es una de las personas más dinámicas que he conocido en mi vida. Hubo días en que lloramos juntos, porque alguna escena nos recordó los momentos más vulnerables de nuestras vidas.
¿Lloraron juntos? ¿Por qué?
Un día llegué a trabajar y no podía parar de llorar. Estaba muy emocional. Y él dijo: “Hagamos algunos cambios y filmemos ahora para aprovechar lo que te pasa, porque es lo que necesitamos en la película. Ni siquiera está en la historia, pero a lo mejor lo agreguemos después”. Esa es la magia que genera la verdadera colaboración.
En medio de esa colaboración, ¿hubo discusiones?
En una escena, estaba empeñada en filmar de una forma con la que él no estaba de acuerdo y le dije todas mis razones por las cuales pensaba que yo tenía razón. Él me dijo: “Ok, lo filmamos como digas y después a mi manera para encontrar el balance”. Creo que mi idea es la que termina apareciendo... Aprendí tanto en el camino, escuchando con humildad... Muchas veces, en este negocio, nos perdemos en la creación por expresarnos, tratando de forzar algo, aunque nadie se identifique con nuestra propuesta. La vida no se puede forzar. Nunca estamos totalmente presentes y, en el proceso de la colaboración, podemos ser mucho más abiertos y honestos.
¿Tienes similitudes con tu personaje, “Daphne“?
Soy una persona muy controladora. Para mí fue difícil ser descuidada, porque soy muy analítica y demasiado responsable. Nunca me vas a ver en situaciones como las de Daphne. Las afrontaría de forma muy diferente. Soy demasiado comunicativa y ella no lo es.
¿Tu parte favorita de ella?
El espíritu libre, natural de Daphne. Por lo general, somos fáciles de predecir, pero ella se levanta por la mañana con la idea de buscar algo nuevo. Busca algo mucho más profundo, el significado de las cosas.
Al terminar una producción, ¿logras separarte del personaje o este pasa a ser parte de tu vida?
Todo en mi vida cambió a partir de esta película. Todo. Te aseguro que pensaba que sabía quién era yo. Pensaba que estaba en una relación perfecta hasta que filmé esta película. Me hizo cuestionar muchas cosas de mi vida y me costó, literalmente, siete meses quitarme el personaje de Daphne de encima… Fue como subirme en una montaña rusa, en la que necesité redirigir el GPS del camino que quiero recorrer en la vida.
¿Qué temas te llevan a discutir con pasión? Me gusta hablar de la injusticia ambiental y de la injusticia social, que cae bajo el paraguas del amor. A todos nos gusta sentir amor. A todos nos gusta ser vistos. Todos quieren dar amor y ninguno de nosotros sabe cómo hacerlo porque ya nadie sabe cómo comunicarse. Endings Beginnings es un buen ejemplo de una forma de comunicarse con empatía y compasión, incluso cuando hay diferencias. Creo que es lo que necesitamos para hablar acerca del mundo. Podrán llamarme hippie por decirlo, pero solo necesitamos más amor porque sin amor nada va a cambiar. No hay nada malo en eso. Nos apuramos en estigmatizar y poner las cosas en cajitas, pero todos queremos estar bien y hacemos lo mejor que podemos. Es necesario tener compasión, incluso cuando no podamos entender.
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