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NICOLE KIDMAN Y SU DESARROLLO EN EL SILENCIO
Por Fabián W. Waintal.
El Festival Internacional de Cine de Toronto ya había comenzado cuando Nicole Kidman desfiló por la alfombra roja del Roy Thomson Hall para el estreno mundial de The Goldfinch.
Los fans la esperaron más de seis horas para verla de cerca, pero nosotros la tuvimos aún más cerca: en la sala de prensa del TIFF Lightbox.
¿Es posible comparar una superproducción como Aquaman y las actuaciones dramáticas de Destroyer o Big Little Lies con The Goldfinch?
El desafío en The Goldfinch se dio por la excesiva calma de mi personaje, que necesitaba mostrar emociones muy complicadas sin casi ningún diálogo. Cada movimiento, cada mirada o palabra tenía que significar mucho, en comparación con Big Little Lies, donde tuve mucho más tiempo para expresar y encontrar mi personaje, o en Destroyer, en la que, además, aparecía todo el tiempo en pantalla. Soy una de las pocas personas que todavía aman las historias más dramáticas (ríe).
¿No te gusta para nada otro tipo de personajes?
Me gusta la variedad. Estoy convencida de que la validez de una carrera se basa en explorar, intentar y probar todo lo que podamos. Claro que a veces puedo caerme, pero tengo que levantarme para volver a meterme en otra persona, para ver el mundo con otros ojos. Más que el trabajo, la vida es exquisita así.
En esa vida tan exquisita, ¿hay algo que consideres que cambió tu destino?
Probablemente, un libro. Soy una gran admiradora de la literatura rusa; amo a Dostoevsky y a Tolstoy. Y es probablemente la razón por la cual me convertí en actriz, porque los leí a los 12 o 13 años. Ellos fueron los que formaron mi imaginación y mi deseo de estudiar al ser humano. Nunca pude interpretarla, pero me enamoré de Natasha (Rostov, de War and Peace) y quise ser ella… No hay suficiente tiempo en el mundo para interpretar todos los personajes que queremos interpretar. Y, al leer un libro, en cierta forma, lo logras en la comodidad de tu dormitorio.
Teniendo en cuenta que The Goldfinch es un objeto que significa tanto para el protagonista de la historia, ¿guardas algo que te emociona cuando lo ves, más allá del Óscar?
Para mí, todo es muy personal, todo. Y será por eso que guardo tantas cosas, aunque estoy tratando de trabajar en el desapego, porque soy de apegarme profundamente a todo aquello que forma parte de mi viaje por esta vida. Yo les llamo tesoros. Pero, si tuviera que elegir uno, hay un muñeco que mi esposo tenía cuando era jovencito, y hoy es el muñeco con el que duerme mi hija todas las noches. Ella, incluso, dice que se lo pasará a su hijo. Está un poco roto el pobrecito, pero vamos a tratar que el pequeño Maxi sobreviva hasta que llegue ese momento (ríe).
En Hollywood suelen decir que una actriz pierde su juventud al momento de aceptar un rol de madre. Sin embargo, Nicole aprovechó esto para hacerse todavía más famosa, al aceptar representar solo madres con una importancia crucial en la historia.
En The Golden Compass, por ejemplo, escondía ser la verdadera madre de “Lyra Belacqua” (Dakota Blue Richards). Cuando interpretó a Grace de Mónaco quiso destacar que la princesa realmente dejó Hollywood para dedicarse a su familia, y su personaje en Boy Erased fue determinante en el apoyo a un hijo gay, interpretado por Lucas Hedges.
“Me encanta interpretar madres. La fuerza maternal es, probablemente, la energía más poderosa que tenemos las mujeres en el mundo”, dice.
En su vida, la maternidad también ha tenido un rol de película. Con Tom Cruise intentó tener hijos, pero no lo lograron. Juntos adoptaron a Bella y Connor. Tiene hoy dos hijas biológicas, Sunday y Faith, con el cantante de música country Keith Urban, su segundo esposo.
¿Es más fácil trabajar con actores adultos como hijos, como Dev Patel en Lion, o adolescentes como Oakes Fegley, que interpreta la versión más joven de “Ansel Elgort” en The Goldfinch?
Oakes siempre está preparado, concentrado. Se nota que ocupa un lugar importante en este mundo y no le preocupa afrontarlo. Podrán llamarlo “confianza”, pero para mí es puro talento. También pude sentir lo conectado que estaba con el director.
¿Te afecta representar las escenas dramáticas que tanto te gustan?
Fíjate la forma en que se muestra la tragedia en The Goldfinch: sin sonido. A mí siempre me ha generado duda la forma en que un trauma impacta al cuerpo y la mente, ya que a aquellos que no pueden gritar en el momento o no lo digieren puede tomarles una vida procesar lo vivido. Parte de la recuperación tiene que ver con procesar el trauma. Es algo que estudié hace poco porque muchos de los personajes que he interpretado vivieron momentos traumáticos. Me parece fascinante la forma en que el cerebro y el cuerpo interactúan. Muchas veces, al representar escenas traumáticas, tu cuerpo no siente la diferencia, pero ese trauma pasa a ser parte de tu vida porque el cerebro piensa que es real al actuar, y tu cuerpo de repente responde en una forma traumática. Es interesante y es algo que yo misma estoy explorando como actriz con otros actores, para encontrar la forma de seguir viviendo esta clase de temas y poder contar más historias, mientras se mantiene la salud.
The Goldfinch es una pintura al óleo de 1654 que en danés se llama Het puttertje, y la película está basada en el best seller de la novela del mismo nombre escrita por la ganadora del premio Pulitzer Donna Tartt.
Relatada en primera persona, cuenta la vida del joven Theo Decker, cuyo destino cambia a partir de visitar un museo, ya que sobrevive la explosión de una bomba que mata a su madre.
Después del ataque, entre las obras, desaparece la pintura que lleva el nombre de la película. Las pinceladas de secretos personales envueltos en los planes criminales y la transformación del poder del arte destacan a Ansel y Nicole como protagonistas.
¿Tuviste que leer la novela The Goldfinch para desarrollar tu historia?
Es maravilloso tener la fuente original de un libro, porque te permite ir y discutir ciertos párrafos con el director, pero como actriz tengo que construir mi historia, desde el nacimiento hasta la existencia en el mundo que me toque crear. Eso es lo más difícil a veces, porque es algo que va cambiando.
Última pregunta, infaltable: ¿vas a volver con nueva temporada de Big Little Lies?
Eso espero. Estamos hablando del tema porque entre nosotras nos extrañamos bastante. Al menos puedo decir que yo espero volver. No es mentira (ríe).
